No creo que por “la
gestión de un gobierno” sea el porqué no quiera regresar a lo negativo del pasado de
mi país. No quiero, no vamos… y no
podemos regresar al pasado. Vivimos en un solo mundo, nuestra gran aldea global,
no ajenos al ritmo que la modernidad y la sociedad impone en este planeta
conectado -que siempre avanza.
Y este avanzar es
inexorable, la dialéctica no es suficiente para impedir esto o juzgar lo
aquello! La sociedad igual iba a evolucionar y sigue haciéndolo. El acceso a la información y la necesidad de conocimiento no iba a
distinguir tendencias políticas! Diferentes modelos económicos es lo que varían,
y las políticas en cuanto derechos, libertades y concepción de cómo
proporcionar equidad y justicia, sea a través de un estado grande que provea
todo, o de un estado pequeño que fortalezca las iniciativas y oportunidades de
todos para crecer primero en la productividad , es lo que iba a diferir.
Nuestro país, engendrado
desde una conquista de depredación, con ostracismos graves como la semi-esclavitud
a la servidumbre pagada; la costumbre de evadir tributos, el desenmascaramiento del verdadero “
ser” de aquellos que hacen política (es el poder que corrompe? o saca al verdadero
ser, como dice Mujica), la
corrupción como “ costo” en todos los
procesos y gestiones, y otros síntomas perniciosos
definitivamente cambiaron, y sin desmerecer a este gobierno, iban a cambiar. La competitividad, el mercado, y los sistemas
de certificación en los procesos tanto internacionales como nacionales lo iba a
exigir, así como el espíritu de la gente de ajustarse al siglo XXI. No cabe mesianismos.
Cada vez los valores en
cuanto libertades de expresión, equidad, justicia, participación, y
responsabilidad a nuestro entorno están mas accesibles a la juventud, a la
sociedad. Ese debate es permanente y legitimo,
y no le pertenece a ninguna tendencia o postura ideológica. Importa mucho eso si,
el estilo y forma de comunicación, así como si el establecimiento de los
“valores de una tendencia” se los puede imponer por decreto, o debe surgir del
libre ejercicio de la reflexión o de mayor educación de la sociedad. Y por otro lado, nada, absolutamente nada se podría
mantener, si no sembramos primero antes
que cosechar. ¿La repartición equitativa del producto es mas importante que primero ver el cómo crearlo, desarrollarlo, producirlo y mantener su incremento sostenido a través
de una cadena económica? Nuestros gobiernos dedican mas tiempo y
dinero en “promover” la justa distribución de los productos, y han
estigmatizado, dentro de ese “programa de promoción”, la importancia de la
generación compartida de la riqueza como sostén de la economía.
En estos días de marchas,
de reacciones, de protestas, vi una
sociedad que salió a protestar. Es
cierto, no muy clara las causas ante tanta información recibida y confusa que
se envía invasivamente por todos los medios.
Pero lo que sí es totalmente claro es que ya no funciona la imposición
de una sola verdad (no la hay!). La gente
está molesta, cansada que quieran imponer valores predeterminados (sin excluir que puedan ser buenos...); indignada en ese juego
de palabras, en que se habla de paz y respeto, pero justamente quien lo pregona
hace todo lo contrario. El sentir que su
futuro está hipotecado por un gasto eterno, justificado en obras que sí serían
positivas, pero que sobrepasa inmensamente nuestra capacidad de crédito como
nación, y que nos afectará cuando ya en el futuro cuando el país deba enrumbarse
en la lógica dinámica de producir primero antes que gastar, nos significará un
retraso al subirnos en el no esquivable tren de la eficiencia.
Pero sorprende mas, al ver
que el pueblo ecuatoriano que salió a protestar legítimamente en diferentes
partes del país motivados y convocados por diferentes iniciativas, razones o
actores, tener que escuchar por personas afín al régimen al querer minimizar
este descontento, pretendan mas bien desvirtuar lo imponente y evidente de esta reacción
ciudadana (en vez de asimilar esta
expresión como una oportunidad a la reflexión) en calificar como un intento
de desestabilización, y se lanzan con la siguiente pregunta: “¿ quieren
regresar al pasado con los mismos de siempre?” o “son solo intereses…”. Mi respuesta
está expresada en las líneas superiores.
Yo me sumé en una parte de
esta protesta, con mucha conciencia de lo que significa para mí hacerlo. Vivo
privilegiadamente en un lugar sensible, que me exige muchísima más
responsabilidad y compromiso que cualquier otro ecuatoriano que vive en otra
parte del país. Lo especial y a la vez lo exigente, es su aislamiento natural,
así como lo estrictamente delimitado de su área especial: qué podemos y hasta dónde podemos, y las restricciones que por vivir aquí como
humano acepto y cuido como parte de esta sinergia. Protesté porque quiero y exijo que su
delimitación no quede abierta ni a discrecionalidad de funcionario alguno, bajo
ningún concepto.
No quiero regresar al
pasado, pero sí quiero rectificaciones, respeto, y lograr conversar en el
entendimiento que hay caminos democráticos para lograr lo que queremos, que no
hay una sola verdad, que asumo mi responsabilidad ciudadana de no haber
observado con más rigurosidad todo el proceso de aprobación de la ley de mi
archipiélago, y que indistinta a la tendencia política que es lo secundario en
los intereses nacionales, respetemos y construyamos conjuntamente. En todos lados hay gente positiva,
constructiva, honesta, y capaz !.
El mundo avanza…
Ricardo Arenas
27.06.2015