martes, 16 de abril de 2013

Un día de perdida...

Estamos diseñados para el dolor, ya que nada es eterno, ya que de hecho tendremos que sufrir, sea por la perdida de alguien, o de algo, e inclusive será  en nuestros propios momentos finales cuando nos tocará perdernos.

Y el no tener tampoco alguien o algo porqué  sufrir, ya de por si es un dolor.

Si profundizamos mucho  internamente cada instante en que medimos o vemos que somos un simple transito hacia un fin, la vida no seria muy llevadera.   No en cambio cuando navegamos mas lejos de lo profundo  sin entrar en aguas adentro, y mas pendientes de cosas mas superficiales tenemos un transito mas suave.

Y es aquí donde vemos que somos solo un punto que no deja de moverse dentro de un espacio en un tiempo irreversible, pero a la vez ese dolor o no dolor que sentimos es lo que dimensiona nuestra alma, esta,  heterea, pero a la vez tan real que decimos todos nosotros que la tenemos, unos mas duro... otros menos, pero que esta ahí...aquí...adentro, está!.

Leo sobre la creación del Universo, y por mas explicaciones científicas que recibo, no dejo de sorprenderme de los procesos evolutivos de la existencia: solo se existe cuando hay movimiento. El resto, es cómo queremos ver o hacer llevadera nuestra vida.

Nuestro  pensamiento, generado por nuestra mente, y a la vez esta que se desarrolla en el cerebro, es la capacidad mas fantástica que tenemos. Somos lo que pensamos y cómo pensamos. Y a la vez nuestras actitudes y aptitudes son procesos de aprendizaje de días tras días  con el fin de hacernos auto-suficientes en este camino, que debemos adquirir responsabilidades para con otros seres humanos, que nuestra condición social  sea por instinto, posesión o sentimiento nos vincula para convivir con ellos en esta vida, esta, que solo tienen valor real mientras nosotros estamos vivos.

Estoy tratando de escribir lo mas directo posible, sin darle ninguna expresión figurativa a esta lineas, pero en todo caso, lo hago así porque  un  ser querido de una persona muy querida mía ha muerto. Pienso en su dolor, y es aquí "cuando  las palabras nunca alcanzan cuando lo que hay que decir desborda el alma".

Como dijo Emerson: "Nadie puede acercarse a mí sin la complicidad de un acto mío", y en este instante, como en el resto de mi tiempo que tendré, estoy muy cerca de los que quiero, de los míos!.

Cuñado  cuando el padre se va: duele, y estoy contigo. Te quiero mucho!

Ricardo

16 Abril 2013