sábado, 4 de diciembre de 2021

Galápagos: "...sustitúyase la Disposición Transitoria Cuarta"

 

Galápagos: "...sustitúyase la Disposición Transitoria Cuarta".

 

Mantengo mi postura que al Gobierno actual lo motiva la buena fe. 

 

Extremadamente compleja una reforma tributaria que busca generar seguridad jurídica para atraer inversión extranjera, pero a la vez romper una costumbre histórica de realmente no pagar los impuestos en forma completa al Estado, bajo el justificativo (“decimos”) de que lo hacemos porque está implícita en las transacciones y en los servicios básicos que irremediablemente no podemos evitarlos; y que “no recibimos nada a cambio por parte del Estado, o para que se roben los corruptos, y menos aún seguir manteniendo un estado obeso”.

 

El tema de lo que haya dicho en campaña sobre no más impuestos, si bien es cierto demuestra consistencia o no entre lo que dice y hace, es al momento lo menos relevante, ya que al estar en el Poder tendrá que tomar las decisiones que corresponderá, sujeto a la realidad, números, y proyecciones. Y es aquí donde corresponde ver por el país, y no por intereses particulares, o específicos de grupos o sector. 

 

No soy experto tributario, por tal no puedo opinar al respecto. Pero de lo que sí puedo expresar es que en el tema de Galápagos sí se equivocó; y sin subestimar la capacidad de su equipo fue sorprendido, creando privilegios y prerrogativas a un grupo específico que no necesariamente su aparato productivo retribuye tributaria ni económicamente a la región y al país.

 

Menciona entre los considerandos (h. Reformas a la Ley de Galápagos…) que busca “creación de oportunidades” y que quiere “proveer certidumbre jurídica para quienes puedan mantener y aumentar sus inversiones”, y que esto no signifique “menos oportunidades para los habitantes”.

 

Sin concurso, sin condicionar inclusive, sin distinguir o clasificar cuáles realmente son los barcos operados por sus titulares y cuáles no, o estas concesiones son usadas como fuente para arrendarlos a terceros y asegurar una renta de vida; o si el capital del barco es totalmente del exterior, sin cumplimientos tributarios con la región, les renueva veinte años en forma automática sus concesiones, con algunos retoques de forma, pero sin corregir lo esencial. 

 

Para el resto de habitantes que legítimamente, aun en condiciones menos favorables para un concurso, no tendrán acceso a la oportunidad de aplicar por una concesión de ese tipo, especialmente las navegables, y solo quizás algo de actividad diaria. 

 

Hablamos de inversión al país. Un barco grande nuevo que entra a reemplazar a uno anterior de un “titular”, esa compra se hace en el exterior. O si lo construye, irá la inversión en pagos de mano de obra del astillero constructor y en los materiales adquiridos fuera del país.  ¿Entra la inversión al Ecuador?, o solo le favorece para exonerar impuestos a la renta? 

 

Un turista que llega a un hotel en tierra en la provincia, indistinto que su comercialización se haya hecho totalmente en el exterior, al ocupar noche de hotel en tierra paga el 12% de IVA, y paga el 10% de servicio. El sistema de control de Rentas, al reporte, recibirá ese IVA por pasajero y día ocupado, y los empleados del servicio turístico recibirá ese ingreso que circulará localmente.  

 

El pasajero que llega a bordo de estas naves “que ya tienen certidumbre jurídica para mantener y aumentar sus inversiones”, más allá que la comercialización y la transacción de aquel pasajero que llegará … ¿paga por noche y habitación ocupada IVA, y registra el 10% de servicio? ¿O seguimos bajo la figura de transporte marítimo?  

Aquellos titulares que han pasado toda su vida alquilando sus concesiones a terceros, usando la figura legal y administrativa para mantener su renta, ahora, automáticamente el Estado les asegura veinte años más mantener aquel status quo.

 

El problema en Galápagos, si bien es cierto lo prioritario debe ser precautelar lo más posible su integridad ambiental, es el no priorizar que la mayor actividad que se ejercita en las áreas protegidas de Galápagos es turísticas- económicas, y que su manejo debe centrarse en la administración de lo que produce este capital natural, en cómo lo genera, y si quienes lo generan tributan correctamente para la región y al país. 

 

Por otro lado, el esfuerzo que hago en expresar esta molestia (y hasta cierto punto indignación)  de  ver cómo blindan privilegios bajo argumentos de “seguridad jurídica para motivar y aumentar sus inversiones”, lo recomendable es una reforma eficiente y eficaz para lograr que por el  régimen especial de la provincia, lo que por tributos, tasas y más genere las actividades productivas en Galápagos, se quedaran en la provincia, en beneficio de su integridad ambiental, y de las condiciones y oportunidades para quienes de una u otra manera, y con las restricciones que corresponden, habitan y producen en y de Galápagos.

 

Reordenando el tema tributario, y una reglamentación en las inversiones de la provincia de régimen especial de Galápagos primero, podemos ahí sí, con condiciones claras, perennizar operadores, o abrir concursos de concesiones comprometidas ambientalmente, y sabiendo que al menos lo que esta área protegida permite generar su tributación sea correcta para el Estado ecuatoriano.

 

Empezamos otra vez un proceso de construcción de una nueva Ley Orgánica para Galápagos. Nuevamente un camino largo. Los efectos de las acciones que hemos tomado en el pasado y ahora, serán irreversibles. Ojalá no desmayemos en el camino.

 

Pero que esta nueva Ley, o las que tenga que hacer en forma económica urgente el 

Ejecutivo, resuelva primero en romper privilegios.   Y que ojalá dentro de este periodo de Gobierno pueda dar un gran paso positivo para proteger Galápagos, asegurando que estas “inversiones” tributen en beneficio de la región que le está brindando la oportunidad de producir. 

 

Luego de esto, bienvenidas más reservas marinas, más especies cuidadas, un buen sistema integral de manejo logístico para la región, y ahí sí: más Galápagos para el mundo.

 

Ricardo Arenas Pilataxi

Santa Cruz-Galápagos. 

4Dic2021

domingo, 25 de julio de 2021

Por quien doblan las Campanas

 



Dias intensos que hemos vivido, pérdidas de personas que a su alrededor dejaron huellas y sentimientos. Sencillas pero profundas para sus seres queridos;  y ninguna menos que otra, ya que a todos nos llega por igual.

Comparto la foto de estas lineas de "John Donne", que está al inicio del libro “Porqué quién doblan las campanas” de Ernest Hemingway. Pues hoy 25 de Julio 2021 que sonarán, sea para celebrar la gloria de Carapaz, o  la a ciudad por la que siempre seré guayaquileño, aun teniendo entregado mi corazón a estas islas; o por la pérdida del amigo de alguien, van a sonar para celebrar algo o por cada ser que se va, ya que “la muerte de cualquier hombre me disminuye, porque soy una parte de la Humanidad. Por eso no quieras saber nunca por quién doblan las campanas; !están doblando por ti...!
Doy gracias a la vida por sentir dolor, felicidad, amor, por tener causas, y por intentar siempre hacer.  Nuestro paso en la tierra es solo un largo momento dentro de toda esta inmensidad del tiempo de la vida. 
?Somos un cuerpo donde se hospeda esta alma ? ,o somos ese alma (conciencia) que simplemente tiene un cuerpo? Mi pregunta eterna, que quizás una de las respuestas está en esas campanadas, pero hasta tanto está en  seguir viviendo con toda la intensidad posible.

Santa Cruz, 25 de Julio 2021.

domingo, 20 de junio de 2021

Sailing between two archipelagos. My journey.

Sailing between two archipelagos. My journey.

 



 

There are 3200 nautical miles of navigation between Baltra and Nuko Hiva.

 

"Thousands and thousands of waves rising and falling against the starboard and port side of the sailboat, while its bow heads toward its destination, the wind never stopping its kisses on your face" [from my notes ...].

 

Six hours a day filled with bridge watch; engine room checks as well as kitchen clean up after lunches. Millions of stars painting my nights between Galapagos and Polynesia, brought wistful memories of my childhood lying on the sand with my brothers around a campfire; listening to my mother’s stories while watching the heavens.

 

My journey unites the young Galapagos Islands formed from ocean floor eruptions barely 4 to 5 million years old with Polynesia; existing for more than 175 million of years. Neither having even been part of a continent they existed detached as the continental masses continued to split and scatter across the Pacific.

 

“It is already Friday, feeling how the ship moves as it sails, understanding that the creaking sounds echoing inside are a reminder of a vessel designed to withstand the blow and force of the waves in the midst of immensity of the ocean. You still feel vulnerable, since your life depends not only on you, but on the experience of this crew, the capacity of those who built this ship and the wisdom transmitted by centuries of those universal laws of navigation " [ from my notes ...].

 

Polynesia has around 3,500 years of human history; starting with ocean borne migrations from Southeast Asia arriving first in Samoa and Tonga, and from there they continued by sea in extraordinary rafts to the Cook, Tahiti, Tuamotu, Marquesas islands. Over time they joined with Hawaii to the north, New Zealand to the west, and Rapa Nui to the east to form an immense triangle in the Pacific united by a single culture, the Polynesians. 

 

Galapagos, on the other hand, has a human history dating back only around 200 years, with sporadic inhabitants without an ancestral culture of their own creating a migratory mixture that is inseparable from the place of which I am part. Regardless of where on the planet we live those of us who all an island home shares an inalienable condition. We are "Islanders."

 

This human ancestral history of the Polynesians is what made UNESCO declare an ancient sacred site where traditional ceremonies were performed on Raiatea Island, as the "Tapulapuatea" Cultural Heritage of Humanity, 

 

Galapagos however was recognized as a World Heritage Site by the same world organization as being of outstanding universal value for the “natural beauty of the islands, the diversity and uniqueness of species, endemism", and for its volcanic origin; considered a living laboratory of evolutionary processes still underway.

 

But the ocean and the island unite us.

 

Stories of navigations, discoveries, conquests, piracy, whaling, research; fascinating voyages across five centuries. We are oceanic islands. Our human condition also unites us, in that even with these ancestral, cultural differences and varied interests and priorities, we always live by and have that feeling of being surrounded by the sea.

 

“On that afternoon in Baltra, Yvonne said goodbye to me on the dock. Nostalgia, but with a thirst for travel. We headed to the east of Santa Cruz to a side of this island that I had not seen before!  El Edén, Guy Fawkes, Pinzón, … The frigates practically flying beside us. From there the captain on a heading of 230 looks for the south, towards those currents and winds that will take us on those special routes that only sailors know to take us west, there, to the southern seas” [from my notes…].

 

Thirteen days of sea and sky, of sunsets and sunrises where each sunrise and sunset were a charge of life to the senses. To have given at least one star to each of my loved ones. To watch Venus, mark its course every night, indicating to us - hey! I am the star! Hundreds of pages read; my mind caressed with thousands of thoughts. Two fish caught made for a delicious dinner. A lone dolphin for a day winked at us. Yes, thirteen days that marked my mind and my soul. That Sunday at dawn when I got up to take watch, Juliet had already anchored. I hurried up the stairs and saw some imposing green mountains embroidered with clouds that surrounded the bay. There nestled in the flank of the mountain next to the sea is a town like something out of a picture book. On the shore young men and women with tattoos all over their bodies, and with skin complexion like mine are leading their horses out deeper to bathe them, playing with each other. We had arrived at Nuko Hiva; stopped in time waiting for me.  I remember that when I disembarked and while I was arriving at its dock, I felt like an explorer ... a discoverer, a mixture of feelings of arriving at that very place, where for the last 20 years I had prepared departure documents for hundreds of yachts and sailboats to continue their travels. In each of those official papers, there was a little piece of a dream of mine.

 



 

Those of us who live on islands in different parts of the world are united. We're different. There are island countries, others not. Simple communities, or special regimes; But this fact of living on islands must already break that idea of ​​limitations. Our mind must be universal. Lacking much of what current consumerism offers us most strongly is our privilege, it must be our advantage. Give value to what is important. To take care of our environment, our ocean, our people; and where the concept or the discourse takes a back seat: We are what we do!

 

I end the story of my journey between these two places so different, yet so similar, with these lines that capture how I feel every time I leave, and every time I return to this Archipelago, our Islands ...

 

“For those who come to it, every island is an apparition, expected and yet sudden, like a birth. Indeed, before being able to set foot on an island one must cross the sea or the sky and it is there, during that journey between one land and another, that the traveler feels what is meant by island: isolation” [Christopher Greiner].

 

 

Ricardo Arenas P. 

Santa Cruz, June 7th 2021 (…from my journey, July 2018

miércoles, 28 de abril de 2021

Lineas de otro abril, 2021

 

Me mueve un par de proyectos nuevos. Me levanto con esa ilusión, pero inicio el día con la rigurosa determinación de salir a correr; aquel hábito que aun sintiendo en mí cuerpo el paso de los años, se compensa con la satisfacción y el placer de haberlo hecho al final de la misma, y en seguir impulsándome a una carrera más para el día siguiente.

 

Vivo en estas islas que renacen lentamente, cual hubieran sido azotadas por una pandemia.  ¡Irónico!… pues si lo fueron.

 

 Se levantan poco a poco, quizás yo con nostalgia de muchos que no están ahora, pero al sentir esa fuerza de las olas que se estrellan en mi orilla todos los días, compensa cualquier carencia ante la riqueza que esa energía genera, hinchando de fuerza serena mi alma. Qué oportunidad más grande que la vida nos ha dado, fortaleciendo nuestro interior, ¡al simplificar nuestro exterior!

 

Es ahora cada vez más, que debo salir a correr solo. El reto es ahora más conmigo mismo, y ajustarme a mi propio ritmo.  Tocará disfrutar más la compañía de la buena música, sin desconectarme de los sonidos que los amaneceres me brindan. Y mientras pensaba sobre esta decisión “de corredor” que he tomado, recordé unas líneas de uno de mis libros favoritos que he leído en diferentes etapas de mi vida, Las Memorias de Adriano de Margarite de Yourcenar: «Mínima alma mía, tierna y flotante, huésped y compañera de mi cuerpo, descenderás a esos parajes pálidos, rígidos y desnudos, donde habrás de renunciar a los juegos de antaño. Todavía un instante miremos juntos las riberas familiares, los objetos que sin duda no volveremos a ver… Tratemos de entrar en la muerte con los ojos abiertos…».”

 

Mi familia en estos días está en el continente, pero siempre presentes en mi interior. Quizás esa ausencia física haya sido la motivación necesaria para sentarme frente a este teclado y expresarme en estas líneas. 

 

Es inexpugnable el paso del tiempo. Pero por otro lado es un privilegio la vida que tengo. Noches de cielos estrellados, mirados con seres amados o tan solo al alzar la vista en mis caminatas solitarias. Animales surcando el mar al tan solo observar la orilla, o en mi mirar diario de la Isla Santa Fe me confirma que soy isleño, pero con conciencia en saber que mi mente no debe serla. O cuando siento el viento que acaricia mi rostro, sea corriendo, o cuando me toca moverme de un lado a otro. O el hecho de trabajar, fruto de haber explorado mis posibilidades de haber creado algo, siempre convencido en mi amor propio, aun habiendo tenido carencias, fracasos, éxitos, urgencias, pero siempre amando y siendo amado, no me queda más que agradecer. 

 

Hay mucho que hacer, pero el tiempo me ha enseñado también, a más de disfrutar cada vez más el vino, el café o un buen trago como un buen libro, que, siendo más gentil, más simple, más agradecido, es lo que te da un mejor sentido a la vida.

 

Ricardo Arenas,

Santa Cruz, 28 de abril 2021