miércoles, 25 de noviembre de 2015

Paseo en bicicleta (Feb 2010)

Lo escribí hace más de 5 años, con una óptica en mis 47 años....

Un paseo en bicicleta.

Intenté hoy noche leer,….alejé la página más de cincuenta centímetros de mis ojos; en cambio ayer recorrí ciento veinte kilómetros en bicicleta bordeando la Costa desde Salinas hasta Puerto López. No distingo la “a” de la “e” sin mis lentes de lectura pero hoy hice otros ciento veinte kilómetros también en bicicleta desde Puerto López venciendo el Aromo para llegar a Manta, disfrutando los hermosos paisajes de nuestra Litoral sintiéndome tan vivo, feliz, extasiado por ser capaz de admirar y emocionarme.

No fue solo un paseo, fue mar, sol, musculo, mensaje, risas, ejercicio, alegría, ejemplo, determinación, reflexiones, y una nueva oportunidad para ratificar que nuestra riqueza está en disfrutar lo sencillo.

Salimos de Salinas minutos antes de las 9 de la mañana, decenas y decenas de ciclistas de todas las edades, mujeres y hombres, custodiados por la Policía y sabiendo que íbamos hacer algo “especial y diferente” Un paseo que no todos lo pueden hacer, haciéndonos privilegiados por tal. Privilegiados por pedalear, no contaminar, por sentir y ejercer nuestro cuerpo y alma en cada metro que pulso a pulso íbamos rodando.

Cruzar Capaes, Punta Barandúa, Punta Blanca, San Pablo, Palmar, Monteverde, San Pedro, Valdivia, Cadeate, Simón Bolívar en bicicleta es muy diferente que hacerlo en carro. Nuestras remembranzas y vivencias de todos y cada uno de esos lugares que decenas de veces los pasamos en paseos vacacionales con la familia antaño se agolpaban más duro en nosotros que los músculos cuando se tensaron luego de ya decenas de kilómetros rodados.

La energía de uno iba a la par con la fuerza que sentíamos que nos transmitía el mar, es decir, más allá que lo que las piernas lo permitían eran los “por qué” lo hacíamos los que nos impulsaba a receptar dicha fuerza.…
Nos acercábamos a Manglaralto, y sabíamos que estábamos más cerca del destino, y más lejos de donde empezamos. Montanita fue solo un paso fugaz, y subir la loma de Olón fue la medida para saber que ya nada ese día nos iba impedir lograr lo que nos habíamos propuesto.

Pasar Curia, San José, y llegar a la Entrada nos hizo ratificar que esa zona del país es hermosa, su aire, su vegetación tienen esa magia y encanto que encierra a los que disfrutamos los lugares alejados de las ciudades.
Estos sitios nos pertenecen, aun sin títulos, íntimamente a quienes traemos una historia de los nuestros ahí.

El sol no cedía y no dio clemencia, nos probó. Qué placer sentirlo! hacernos sudar, y sentir que quemaba nuestra piel, vivirlo superó nuestro razonamiento y vigencia de información sobre los daños que nos causa, pero en esos momentos…en que calentaba nuestra sangre, reiterábamos la concesión que teníamos por estar sobre esas bicicletas.

No llegaba el abastecimiento de líquidos y la subida de la Entrada hizo que forjados ciclistas empiecen a ceder. No me faltó el irremplazable guineo que llevé en bocados a mi interior y que estuvo para salvarme entre esas pedaleadas casi acalambradas, en que más que el efecto natural de la fruta en mi era el convencimiento que el mismo iba a ayudar a disminuir mis calambres.

Cruzar esa cordillera costeña con el viento del mar viniendo del oeste, para después de mas y mas kilómetros ganados arribar a Puerto López, fue un placer legitimo, puro, de vida, de amor, de que sí podemos, que supera las líneas de aquel real poema: “Síndrome” de Benedetti.

Encontrarme con mi sobrino Federico, junto con sus amigos y otros ciclistas contando las vivencias de la carretera, del viento en contra, los baches, el “chupar llanta”, la tremenda subida, el soporte logístico de mi hijo, la admiración hacia unas extraordinarias señoras que lograron en mejores términos el reto de hacerlo, fue tan agradable y placentero que los mismos kilómetros andados.

Puerto López, su playa exacta como la recuerdo, el pueblo diferente como lo conocí de pequeño, pero en cambio nos hospedamos en un hermoso y bien ubicado hotel, Mandala; en el extremo norte de la población.

Día siguiente en ruta Puerto Cayo. Menos ciclistas, pero más determinación; más cansancio pero más voluntad, menos sol pero más cuestas, menos dolor pero más pensamientos. El paisaje más penetrante que el día anterior, y esas montañas del Aromo interminables y potentes; no debemos permitir que las destruyan y las contaminen!

Eran kilómetros y kilómetros de subida, y en cada metro que hacíamos aun quedando parte de nuestra energía salpicada en sudor y calorías ganábamos en vida y en satisfacción. Nunca había sentido tanto placer de llegar a Manta, no fue para mí cualquier arribo, fue el culminar un sencillo reto, simple para algunos pero inmenso para mí.

Experiencia única, paseo inigualable, paisajes hermosos. Valió y vale la pena hacerlo mientras nuestro espíritu siga siendo fuerte e intenso y sigamos sorprendiéndonos con tan solo ver volar un ave en el horizonte. Un querido sobrino me dio la oportunidad de hacerlo.

Me emocioné, y sin perder la óptica de un relato de fin de semana, no pude excluir de ver mi país, sus carreteras, mi gente, sus poblados. Y este Ecuador está hecho con el sudor y esfuerzo de la gente, nada más. Es a quienes hacen y trabajan que el Estado debe proteger, y garantizar que el país siga siendo productivo; y esto… a punta de carteles cada par de kilómetros no cambia nada.
Y mientras escribo estas líneas, debo hacerlo con mis lentes puestos…, apenas vamos 47 años!

Ricardo Arenas
Feb 8 2010


“Todavía tengo casi todos mis dientes
casi todos mis cabellos y poquísimas canas 
puedo hacer y deshacer el amor 
trepar una escalera de dos en dos 
y correr cuarenta metros detrás del ómnibus 
o sea que no debería sentirme viejo 
pero el grave problema es que antes 
no me fijaba en esos detalles”
Mario Bennedeti

martes, 24 de noviembre de 2015

Por ahí va la cosa...

Creo que por aquí va la cosa…la verdad; buscar lo genuino, fortalecer el interior, y vivir en lo sencillo.

El tomar en serio tu interior es una condición que debes imponerte día a día, no es fácil, …es donde debes sobrellevar tus propios demonios, dominarlos, y aun cuando a veces pierdes, volver a seguir, y cada día, mientras subes ese camino hacia adentro te das cuenta que aún, sin arrepentirte de nada de lo que has hecho ante  los intensos  remolinos que la vida nos ha brindado,  está valiendo la pena llegar cada vez más adentro.

Uno llega a entender que no hay mas Dios que lo que tu mente desea crear o creer. Y que con lo que vas descubriendo y comprendiendo tú decides cómo quieres que sea tu Dios.  Yo lo encuentro en las expresiones de la naturaleza, y en lo que mi pensamiento me enseña. Es mi verdad, que no es la verdad de todos.

Correr, leer, ser lo más amable  que pueda, sentir el mar, no condenar, escuchar música, hablar siempre en positivo, evitar que tus palabras dañen, trabajar, construir, producir más de lo que consumo, ayudar lo que más pueda,  cumplir, buscar momentos de silencio, amar, disfrutar de los míos, así como de los pocos amigos que tengo; no lastimar, buscar bienestar;  y así muchos otros comportamientos que para mí son mis valores y  que he decidido imponerme. No siempre lo logro, pero intento siempre hacerlo.

No necesariamente sean valores para otros, pero es mi decisión, y que a esta altura de mi vida es lo que me está llenando, como antes  me llenaba otras cosas u otros valores. Esto es parte de nuestra evolución.

Con toda la intensidad de vida que tengo y que los años sin pedirlo ya me dicen que están pasando,.. o  con este transcurrir irreversible de días que mi mente todavía se revela ha aceptar, es lo que hace que vea la vida de esta  nueva manera.    Me gusta admirar la belleza, lo hermoso de las mujeres, la compañía; el amor y vehemencia de la mīa...el único puerto de mi corazón; sentir olores, el disfrutar de un buen café, beber buen vino,  una grata conversación, y escuchar la guitarra de mi hija; así como el viento en el rostro cuando corro, o la humedad del mar cuando estoy en él. Todo esto es sencillo, y es lo que hace que valga la pena la vida que llevo.

Y porqué estas líneas ahora? Veo que el mundo se descalabra por guerras de religión, creencias, y de verdades absolutas, de intolerancia, por indolencia de muchos, y por recursos que necesitamos para seguir sobreviviendo en esta carrera sinfín de consumo.

Creo que es un privilegio, dada las circunstancias actuales poder escribir estas líneas y expresar lo que he puesto.  Pero soy tan responsable de lo que está pasando  ahora …”todo me duele, campanas suenan…lo hacen por mi también”.

Pero la vida inexorablemente avanza y debemos... aceptar por un lado, revelarnos por otro, pero trascender ante los nuestros, plasmando pensamientos.  Y en mi caso, ayudar a mis hijos que se preparen para trajinar los fuertes caminos de la vida exterior, pero también colocar las  semillas  para que, en sus propias libertades, encuentren sus verdades en su propio interior.

Por ahí va la cosa…

Ricardo Arenas

Puerto Ayora, 24 noviembre 2015

sábado, 27 de junio de 2015

Mi acción y mi lectura

No creo que por “la gestión de un gobierno”  sea  el porqué  no quiera regresar a lo negativo del pasado de mi país.  No quiero, no vamos… y no podemos regresar al pasado. Vivimos en un solo mundo, nuestra gran aldea global, no ajenos al ritmo que la modernidad y la sociedad impone en este planeta conectado -que siempre avanza.

Y este avanzar es inexorable, la dialéctica no es suficiente para impedir esto o juzgar lo aquello! La sociedad igual iba a evolucionar y sigue haciéndolo.                   El acceso a la información y  la necesidad de conocimiento no iba a distinguir tendencias políticas! Diferentes modelos económicos es lo que varían, y las políticas en cuanto derechos, libertades y concepción de cómo proporcionar equidad y justicia, sea a través de un estado grande que provea todo, o de un estado pequeño que fortalezca las iniciativas y oportunidades de todos para crecer primero en la productividad , es lo que iba a diferir.

Nuestro país, engendrado desde una conquista de depredación, con ostracismos graves como la semi-esclavitud a la servidumbre pagada; la costumbre de evadir  tributos, el desenmascaramiento del verdadero “ ser”  de aquellos que hacen política (es el poder que corrompe? o saca al verdadero ser, como dice Mujica),  la corrupción como “ costo” en todos  los procesos y gestiones, y otros síntomas  perniciosos definitivamente cambiaron, y sin desmerecer a este gobierno, iban a cambiar.   La competitividad, el mercado, y los sistemas de certificación en los procesos tanto internacionales como nacionales lo iba a exigir, así como el espíritu de la gente de ajustarse al siglo XXI.  No cabe mesianismos.

Cada vez los valores en cuanto libertades de expresión, equidad, justicia, participación, y responsabilidad a nuestro entorno están mas accesibles a la juventud, a la sociedad.  Ese debate es permanente y legitimo, y no le pertenece a ninguna tendencia o postura ideológica. Importa mucho eso si, el estilo y forma de comunicación, así como si el establecimiento de los “valores de una tendencia” se los puede imponer por decreto, o debe surgir del libre ejercicio de la reflexión o de mayor educación de la sociedad.  Y por otro lado, nada, absolutamente nada se podría mantener, si no sembramos primero  antes que cosechar.  ¿La repartición  equitativa del producto es mas importante que primero ver el cómo crearlo, desarrollarlo,  producirlo y mantener su incremento sostenido a través de una cadena económica? Nuestros gobiernos dedican mas tiempo y dinero en “promover” la justa distribución de los productos, y han estigmatizado, dentro de ese “programa de promoción”, la importancia de la generación compartida de la riqueza como sostén de la economía.

En estos días de marchas, de reacciones, de protestas,  vi una sociedad que salió a protestar.  Es cierto, no muy clara las causas ante tanta información recibida y confusa que se envía invasivamente por todos los medios.  Pero lo que sí es totalmente claro es que ya no funciona la imposición de una sola verdad (no la hay!).  La gente está molesta, cansada que quieran imponer  valores predeterminados (sin excluir que puedan ser buenos...); indignada en ese juego de palabras, en que se habla de paz y respeto, pero justamente quien lo pregona hace todo lo contrario.  El sentir que su futuro está hipotecado por un gasto eterno, justificado en obras que sí serían positivas, pero que sobrepasa inmensamente nuestra capacidad de crédito como nación, y que nos afectará cuando ya en el futuro cuando el país deba enrumbarse en la lógica dinámica de producir primero antes que gastar, nos significará un retraso al subirnos en el no esquivable tren de la eficiencia.

Pero sorprende mas, al ver que el pueblo ecuatoriano que salió a protestar legítimamente en diferentes partes del país motivados y convocados por diferentes iniciativas, razones o actores, tener que escuchar por personas afín al régimen al querer minimizar este descontento, pretendan mas bien desvirtuar  lo imponente y evidente de esta reacción ciudadana (en vez de asimilar esta expresión como una oportunidad a la reflexión) en calificar como un intento de desestabilización, y se lanzan con la siguiente pregunta: “¿ quieren regresar al pasado con los mismos de siempre?” o “son solo intereses…”.     Mi respuesta está expresada en las líneas superiores.

Yo me sumé en una parte de esta protesta, con mucha conciencia de lo que significa para mí hacerlo. Vivo privilegiadamente en un lugar sensible, que me exige muchísima más responsabilidad y compromiso que cualquier otro ecuatoriano que vive en otra parte del país. Lo especial y a la vez lo exigente, es su aislamiento natural, así como lo estrictamente delimitado de su área especial:  qué podemos y hasta dónde podemos,  y las restricciones que por vivir aquí como humano acepto y cuido como parte de esta sinergia.   Protesté porque quiero y exijo que su delimitación no quede abierta ni a discrecionalidad de funcionario alguno, bajo ningún concepto.

No quiero regresar al pasado, pero sí quiero rectificaciones, respeto, y lograr conversar en el entendimiento que hay caminos democráticos para lograr lo que queremos, que no hay una sola verdad, que asumo mi responsabilidad ciudadana de no haber observado con más rigurosidad todo el proceso de aprobación de la ley de mi archipiélago, y que indistinta a la tendencia política que es lo secundario en los intereses nacionales, respetemos y construyamos conjuntamente.  En todos lados hay gente positiva, constructiva, honesta, y capaz !.

El mundo avanza…

Ricardo Arenas
27.06.2015