martes, 24 de noviembre de 2015

Por ahí va la cosa...

Creo que por aquí va la cosa…la verdad; buscar lo genuino, fortalecer el interior, y vivir en lo sencillo.

El tomar en serio tu interior es una condición que debes imponerte día a día, no es fácil, …es donde debes sobrellevar tus propios demonios, dominarlos, y aun cuando a veces pierdes, volver a seguir, y cada día, mientras subes ese camino hacia adentro te das cuenta que aún, sin arrepentirte de nada de lo que has hecho ante  los intensos  remolinos que la vida nos ha brindado,  está valiendo la pena llegar cada vez más adentro.

Uno llega a entender que no hay mas Dios que lo que tu mente desea crear o creer. Y que con lo que vas descubriendo y comprendiendo tú decides cómo quieres que sea tu Dios.  Yo lo encuentro en las expresiones de la naturaleza, y en lo que mi pensamiento me enseña. Es mi verdad, que no es la verdad de todos.

Correr, leer, ser lo más amable  que pueda, sentir el mar, no condenar, escuchar música, hablar siempre en positivo, evitar que tus palabras dañen, trabajar, construir, producir más de lo que consumo, ayudar lo que más pueda,  cumplir, buscar momentos de silencio, amar, disfrutar de los míos, así como de los pocos amigos que tengo; no lastimar, buscar bienestar;  y así muchos otros comportamientos que para mí son mis valores y  que he decidido imponerme. No siempre lo logro, pero intento siempre hacerlo.

No necesariamente sean valores para otros, pero es mi decisión, y que a esta altura de mi vida es lo que me está llenando, como antes  me llenaba otras cosas u otros valores. Esto es parte de nuestra evolución.

Con toda la intensidad de vida que tengo y que los años sin pedirlo ya me dicen que están pasando,.. o  con este transcurrir irreversible de días que mi mente todavía se revela ha aceptar, es lo que hace que vea la vida de esta  nueva manera.    Me gusta admirar la belleza, lo hermoso de las mujeres, la compañía; el amor y vehemencia de la mīa...el único puerto de mi corazón; sentir olores, el disfrutar de un buen café, beber buen vino,  una grata conversación, y escuchar la guitarra de mi hija; así como el viento en el rostro cuando corro, o la humedad del mar cuando estoy en él. Todo esto es sencillo, y es lo que hace que valga la pena la vida que llevo.

Y porqué estas líneas ahora? Veo que el mundo se descalabra por guerras de religión, creencias, y de verdades absolutas, de intolerancia, por indolencia de muchos, y por recursos que necesitamos para seguir sobreviviendo en esta carrera sinfín de consumo.

Creo que es un privilegio, dada las circunstancias actuales poder escribir estas líneas y expresar lo que he puesto.  Pero soy tan responsable de lo que está pasando  ahora …”todo me duele, campanas suenan…lo hacen por mi también”.

Pero la vida inexorablemente avanza y debemos... aceptar por un lado, revelarnos por otro, pero trascender ante los nuestros, plasmando pensamientos.  Y en mi caso, ayudar a mis hijos que se preparen para trajinar los fuertes caminos de la vida exterior, pero también colocar las  semillas  para que, en sus propias libertades, encuentren sus verdades en su propio interior.

Por ahí va la cosa…

Ricardo Arenas

Puerto Ayora, 24 noviembre 2015

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