sábado, 27 de junio de 2015

Mi acción y mi lectura

No creo que por “la gestión de un gobierno”  sea  el porqué  no quiera regresar a lo negativo del pasado de mi país.  No quiero, no vamos… y no podemos regresar al pasado. Vivimos en un solo mundo, nuestra gran aldea global, no ajenos al ritmo que la modernidad y la sociedad impone en este planeta conectado -que siempre avanza.

Y este avanzar es inexorable, la dialéctica no es suficiente para impedir esto o juzgar lo aquello! La sociedad igual iba a evolucionar y sigue haciéndolo.                   El acceso a la información y  la necesidad de conocimiento no iba a distinguir tendencias políticas! Diferentes modelos económicos es lo que varían, y las políticas en cuanto derechos, libertades y concepción de cómo proporcionar equidad y justicia, sea a través de un estado grande que provea todo, o de un estado pequeño que fortalezca las iniciativas y oportunidades de todos para crecer primero en la productividad , es lo que iba a diferir.

Nuestro país, engendrado desde una conquista de depredación, con ostracismos graves como la semi-esclavitud a la servidumbre pagada; la costumbre de evadir  tributos, el desenmascaramiento del verdadero “ ser”  de aquellos que hacen política (es el poder que corrompe? o saca al verdadero ser, como dice Mujica),  la corrupción como “ costo” en todos  los procesos y gestiones, y otros síntomas  perniciosos definitivamente cambiaron, y sin desmerecer a este gobierno, iban a cambiar.   La competitividad, el mercado, y los sistemas de certificación en los procesos tanto internacionales como nacionales lo iba a exigir, así como el espíritu de la gente de ajustarse al siglo XXI.  No cabe mesianismos.

Cada vez los valores en cuanto libertades de expresión, equidad, justicia, participación, y responsabilidad a nuestro entorno están mas accesibles a la juventud, a la sociedad.  Ese debate es permanente y legitimo, y no le pertenece a ninguna tendencia o postura ideológica. Importa mucho eso si, el estilo y forma de comunicación, así como si el establecimiento de los “valores de una tendencia” se los puede imponer por decreto, o debe surgir del libre ejercicio de la reflexión o de mayor educación de la sociedad.  Y por otro lado, nada, absolutamente nada se podría mantener, si no sembramos primero  antes que cosechar.  ¿La repartición  equitativa del producto es mas importante que primero ver el cómo crearlo, desarrollarlo,  producirlo y mantener su incremento sostenido a través de una cadena económica? Nuestros gobiernos dedican mas tiempo y dinero en “promover” la justa distribución de los productos, y han estigmatizado, dentro de ese “programa de promoción”, la importancia de la generación compartida de la riqueza como sostén de la economía.

En estos días de marchas, de reacciones, de protestas,  vi una sociedad que salió a protestar.  Es cierto, no muy clara las causas ante tanta información recibida y confusa que se envía invasivamente por todos los medios.  Pero lo que sí es totalmente claro es que ya no funciona la imposición de una sola verdad (no la hay!).  La gente está molesta, cansada que quieran imponer  valores predeterminados (sin excluir que puedan ser buenos...); indignada en ese juego de palabras, en que se habla de paz y respeto, pero justamente quien lo pregona hace todo lo contrario.  El sentir que su futuro está hipotecado por un gasto eterno, justificado en obras que sí serían positivas, pero que sobrepasa inmensamente nuestra capacidad de crédito como nación, y que nos afectará cuando ya en el futuro cuando el país deba enrumbarse en la lógica dinámica de producir primero antes que gastar, nos significará un retraso al subirnos en el no esquivable tren de la eficiencia.

Pero sorprende mas, al ver que el pueblo ecuatoriano que salió a protestar legítimamente en diferentes partes del país motivados y convocados por diferentes iniciativas, razones o actores, tener que escuchar por personas afín al régimen al querer minimizar este descontento, pretendan mas bien desvirtuar  lo imponente y evidente de esta reacción ciudadana (en vez de asimilar esta expresión como una oportunidad a la reflexión) en calificar como un intento de desestabilización, y se lanzan con la siguiente pregunta: “¿ quieren regresar al pasado con los mismos de siempre?” o “son solo intereses…”.     Mi respuesta está expresada en las líneas superiores.

Yo me sumé en una parte de esta protesta, con mucha conciencia de lo que significa para mí hacerlo. Vivo privilegiadamente en un lugar sensible, que me exige muchísima más responsabilidad y compromiso que cualquier otro ecuatoriano que vive en otra parte del país. Lo especial y a la vez lo exigente, es su aislamiento natural, así como lo estrictamente delimitado de su área especial:  qué podemos y hasta dónde podemos,  y las restricciones que por vivir aquí como humano acepto y cuido como parte de esta sinergia.   Protesté porque quiero y exijo que su delimitación no quede abierta ni a discrecionalidad de funcionario alguno, bajo ningún concepto.

No quiero regresar al pasado, pero sí quiero rectificaciones, respeto, y lograr conversar en el entendimiento que hay caminos democráticos para lograr lo que queremos, que no hay una sola verdad, que asumo mi responsabilidad ciudadana de no haber observado con más rigurosidad todo el proceso de aprobación de la ley de mi archipiélago, y que indistinta a la tendencia política que es lo secundario en los intereses nacionales, respetemos y construyamos conjuntamente.  En todos lados hay gente positiva, constructiva, honesta, y capaz !.

El mundo avanza…

Ricardo Arenas
27.06.2015