jueves, 16 de agosto de 2012

Mirando desde afuera: Assange


En lo de Assange hay más allá de un asilo concedido. Este señor no representa a la Libertad de Expresión, ni  es tampoco adalid de causa alguna que se le quiere indilgar mediáticamente. Simplemente es un individuo que supo cómo violar privacidad de comunicaciones reservadas. 
El contenido de las mismas y de cómo ven muchos a los países fuentes de esa información violada, es tema de esos “muchos” que siguen en la misma canción.  El que haya visto cómo un helicóptero estadounidense disparó  a civiles en Afganistán no lo santifica o excomulga a Assange, así como el juicio de valor que tenga yo de quienes manejaron esa operación de ataque, tampoco es motivo de esta concesión de asilo.
La decisión sobre Assange se basa no tanto por lo que dijo y publicó, es por lo que sabe y no publica todavía. El sabe cosas de algunos en donde esos algunos saben que él sabe; y que no es necesario hablarse entre ellos sino que tácitamente el uno sabe del otro lo que el otro sabe del uno.   Suena a juego de palabras, pero sí, es un juego, donde los intereses del Ecuador están muy por debajo al costo que implicaría que el mundo sepa lo que todavía no se publica.
Coincido en que fue una torpeza del gobierno británico en dar esa advertencia, donde atenta nuestro principio de soberanía y lo que implica  la inviolabilidad de una sede diplomática en cualquier parte del  mundo. Reitero, una falla en la declaración de sus voceros ya que el gobierno británico jamás haría una acción que fuera serle contraproducente diplomáticamente  en el inmediato futuro. Tan solo mirar el Medio Oriente si avanzara en esa torpeza…
Como ecuatoriano, y ante cualquier circunstancia y postura mantengo primero el respeto a nuestra dignidad y soberanía.
El Ecuador sabe que Gran Bretaña tiene una posición determinante en este tema, sin embargo debió presentar todos esos argumentos mal estructurados sobre lo inminente y posibles supuestos, por el menos indicado vocero que tiene este gobierno, violando principios del Derecho, en que se debe actuar ante los hechos y acciones inminentes y no sobre posibles o supuestos, dando juicios de valor sobre sistemas jurídicos de otros países, cruzando líneas de respeto mutuo,  confundiendo lo político de lo diplomático, y de un refugiado con un fugitivo. 
Nuestro  gobierno sabe que no tendrá  forma que Assange salga de Londres; es decir juega el juego: queda bien con Assange esperando que las alabanzas mutuas se mantengan  y se reserve aquellos “digo”, y no va a insistir más sobre el salvoconducto a Gran Bretaña, dejando nomas ya la decisión de lo  que pasará consigo mismo por parte de Assange, con el peso del tiempo, hasta que llegue el momento que este señor vaya hacia las cortes respectivas.
Assange tendrá que manipular con sus declaraciones a nuestro Gobierno, y este último tendrá que jugar estas cartas mal repartidas del juego en el que se ha metido a jugar.

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